¿Brasil o la candidatura conjunta de Alemania, Bélgica y Países Bajos? La FIFA atribuirá el viernes el Mundial femenino 2027 en un congreso que se celebra en Bangkok en el que además se tratará por la primera vez la guerra en Gaza, por iniciativa de Palestina.

Tras la edición organizada por Australia y Nueva Zelanda en 2023, ganada por España, el Mundial femenino podría optar por Brasil y aterrizar por primera vez en Sudamérica.

El gigante continental, tierra de leyendas como Marta y Formiga, parte como ligera favorita debido a su mejor nota técnica (4.0/5 contra 3.7/5), según los expertos de la instancia.

El informe de evaluación subrayó los beneficios "prodigiosos" que tendría para el fútbol femenino la celebración de la competición en Sudamérica.

El dosier auriverde incluye diez estadios que ya se utilizaron para el Mundial masculino en 2014, entre ellos el mítico Maracaná de Rio, donde se jugarían el partido inaugural y la final. Algunos necesitarían trabajos de renovación, en particular el Amazonia de Manaus, un 'elefante blanco' sin utilizar desde hace diez años.

La candidatura brasileña debe lidiar con la crisis institucional latente en el país, con el presidente de la federación nacional (CBF), Ednaldo Rodrigues, siendo destituido en diciembre y regresando al puesto en enero, en las dos ocasiones por decisión judicial.

Reforzar la lucha contra el racismo

Las sospechas de injerencia del Estado hicieron planear la amenaza de una sanción por parte de la FIFA y de la Conmebol.

La candidatura europea de Bélgica, Alemania y Países Bajos propone un torneo más compacto, subrayando que la huella de carbono sería reducida debido a las conexiones ferroviarias entre cada sede.

Pero Alemania ya ha recibido el torneo, como anfitriona única, en 2011, y la reciente celebración de una edición en Europa -Francia en 2019-, podría enfriar las aspiraciones del trío debido al principio tácito de rotación entre continentes.

El Signal Iduna Park de Dortmund y el Johan Cruyff Arena de Amsterdam se postulan para albergar la final.

Durante un tiempo en la carrera y ya coorganizadores del Mundial masculino en 2026 junto a Canadá, Estados Unidos y México retiraron en abril su candidatura común para concentrarse en la edición de 2031.

El 74º Congreso de la FIFA, el primero organizado en Bangkok, la capital de Tailandia, un país enamorado del fútbol inglés, tratará también el racismo.

 La situación en Gaza, a debate

El presidente de la institución, Gianni Infantino, es partidario de adoptar sanciones más importantes, como castigar con la derrota el equipo responsable en el caso de que se tenga que parar definitivamente el partido.

También tratará el Congreso el conflicto en la franja de Gaza, por petición de la Federación Palestina (PFA), que reclama sanciones contra los equipos israelíes debido a "las violaciones graves en materia de derechos humanos cometidas por Israel", según el correo que envió a mediados de marzo.

La propuesta provocará el primer debate en el seno de una gran organización deportiva sobre las consecuencias de la guerra que comenzó el 7 de octubre tras un ataque del movimiento islamista palestino Hamás en el sur de Israel.

El Comité Olímpico Internacional (COI) no ha tratado el conflicto, basándose en la coexistencia desde 1995 de los comités nacionales olímpicos israelita y palestino, una solución con "dos estados" heredera del proceso de paz de Oslo y adoptada también por la FIFA desde 1998.

La PFA denuncia una serie de violaciones de los estatutos de la FIFA por parte de la Federación Israelita (IFA) que van desde las consecuencias directas de los bombardeos en su territorio -"al menos 92 futbolistas fallecidos" a mediados de marzo y todas las infraestructuras deportivas de Gaza destruidas- a la ausencia de una lucha seria contra "la discriminación y el racismo" antipalestino.

Este punto de la agenda no se someterá a votación, precisó la FIFA.