Nigeria y Costa de Marfil se medirán el domingo en Abiyán (20h00 GMT) en una final inédita de la Copa de África, pese a ser dos potencias del continente africano, y las miradas se centrarán en sus dos goleadores estrella: Victor Osimhen y Sébastien Haller.

Osimhen advirtió antes del torneo que llegaba a Costa de Marfil con el objetivo de conquistar el cuarto título para las 'Súper Águilas', no para brillar individualmente, y ha cumplido su promesa. Sólo le falta levantar la copa.

"Soy un jugador de equipo", confió el goleador del Nápoles a la AFP al inicio del torneo, dejando claro sus ambiciones: "He ganado con el Nápoles y he hecho historia, pero poco importa lo que he conseguido, si gano esta CAN lo habré conseguido todo".

Osimhen sólo ha marcado un gol, en el primer partido contra Guinea Ecuatorial (1-1), pero ha provocado dos penales, que ha dejado lanzar a su capitán William Troost-Ekong. También ha trabajado para su compañero de ataque Ademola Lookman, autor de tres tantos.

Un ejemplo de compañero

Sobre el terreno de juego, el napolitano es además el primero en presionar la salida del balón del rival. En definitiva, un ejemplo.

A sus 25 años, y tras marcar 21 goles en 34 partidos con las 'Súper Águilas', el 'futbolista enmascarado' está a sólo está a un partido de vivir "uno de los mejores momentos de (su) vida".

Si está CAN ha sido hasta ahora un camino de rosas para Osimhen, ha sido todo lo contrario para Haller, que estuvo cerca de despedirse sin jugar un solo minuto.

Anunciado como la estrella del equipo anfitrión, su retrato está en todas partes del país como imagen de varias campañas publicitarias, el 'Pequeño Drogba' llegó al torneo lesionado en el tobillo y no disputó ninguno de los tres primeros partidos.

En esa primera fase, tras la humillación sufrida frente a Guinea Ecuatorial (4-0) y la derrota frente a Nigeria (1-0), Costa de Marfil (que solo había ganado a Guinea Bisáu por 2-0) estaba virtualmente eliminada, al punto que su seleccionador, el francés Jean Louis-Gasset fue despedido. Uno de sus adjuntos, Emerse Faé ocupa el puesto de manera interina.

Pero el "milagro", en forma de resultados inesperados, se produjo y los 'Elefantes' se clasificaron para octavos, donde Haller reapareció en la segunda parte del tiempo reglamentado y los anfitriones eliminaron en los penales a Senegal, vigente campeón de la competición. 

Costa de Marfil sin seleccionador

Desde entonces, el delantero del Borussia Dortmund, que esta temporada suma solo dos goles en la copa alemana, sin haber marcado ni en Bundesliga ni en la Liga de Campeones, ha ido ganando protagonismo.

El penal que originó el empate frente a los senegaleses nació de un pase de Haller, que después no falló su tiro en la tanda de penales decisiva (1-1, 5 a 4).

En cuartos contra Mali entró en juego en el descanso, cuando su equipo ya jugaba con 10 por la expulsión de Odilon Kossounou, y fue un ejemplo de sacrificio.

"Sin él no habríamos fijado a la defensa maliense", explicó a la AFP el capitán del equipo marfileño que ganó la CAN en 1992, Gadji Celi. "Con 10, necesitábamos alguien en punta (...) Le tiramos la pelota y él obtiene faltas, conserva el balón hasta la subida de sus compañeros".

Contra la República Democrática del Congo en semifinales ya fue titular y marcó el gol del triunfo (1-0).

Ya solo le queda un partido para convertirse en el nuevo icono de su país.