"Ellas lo van a hacer tan bien como los hombres", predice Rabab. Al igual que esta adolescente, cada vez son más las jóvenes marroquíes que juegan al fútbol, motivadas por la trayectoria de las Leonas del Atlas, que participarán por primera vez en el Mundial femenino con la ambición de reeditar el éxito del combinado masculino en Catar.

En la periferia de Casablanca, una docena de estudiantes de secundaria calientan en el terreno de juego de la escuela de fútbol del club del barrio de Avadas, a las órdenes de su técnico Mohamed Jidi. 

"Libero las ondas negativas jugando al fútbol, me siento bien. Este deporte me da confianza en mí misma", asegura Rabab Tougha, 14 años, después del entrenamiento.

Su ambición es llegar a ser internacional, "Sobre todo después del éxito de las Leonas del Atlas", dice a la AFP.

El equipo femenino firmó, para sorpresa general, un gran torneo en la última edición de la Copa de África de Naciones (CAN) en Marruecos el julio del año pasado, perdiendo en la final ante Sudáfrica (2-1), ante más de 50.000 espectadores.

"No escatiman esfuerzos para representar de la mejor manera a Marruecos. Estamos orgullosos de ellas", agrega Malak El Messaouri, 15 años, que considera el fútbol como su "única escapatoria".

"Impacto"

Este deseo se nutre también de la histórica epopeya de la selección masculina en Catar el pasado mes de diciembre, cuando se convirtió en el primer equipo africano y árabe en jugar unas semifinales de la Copa del Mundo.

La prueba es que apenas había una decena de inscritas el año pasado en la escuela de formación del Avadas, dirigida a jóvenes de familias desfavorecidas. Actualmente ya son más de medio centenar. "Las chicas están motivadas y quieren jugar al fútbol", asegura el entrenador Mohamed Jidi.  

"El impacto está demostrado. En el club tenemos una chica que jugaba al rugby, otras que practicaban básquetbol, atletismo... Pero quisieron jugar al fútbol y ahora dicen que tienen un futuro", añade el técnico, de 63 años.

En este reino fanático del balón redondo, el aura de los Leones del Atlas alimenta el entusiasmo por el equipo femenino. 

"El equipo masculino nunca se dijo que era difícil llegar a semifinales de una Copa del Mundo. Se fijaron un objetivo y lo alcanzaron", opina Houda Khalti, 16 años, fan del arquero marroquí Khadija Er-Rmichi. 

Rabab, por su parte, estima que "sin el éxito (de los hombres) la participación de la selección femenina en el Mundial habría podido pasar desapercibida, puesto que Marruecos no había alcanzado nunca este nivel".

"Ese éxito nutre nuestra confianza en ellas" de cara al torneo mundialista que se disputará del 20 de julio al 20 de agosto en Australia y Nueva Zelanda, insiste esta chica.

Las marroquíes tendrán como rivales en la fase de grupos a Alemania, dos veces campeonas del mundo, Corea del Sur y Colombia.

  

"La mentalidad ha cambiado"

"Los aficionados marroquíes tienen una pasión increíble por el fútbol, al igual que nosotros, los y las futbolistas. Vamos a darlo todo para que disfruten", prometió la capitana del equipo nacional, Ghizlane Chebbak, en una entrevista publicada en el sitio de la FIFA.

"La selección masculina nos ha demostrado que nada es imposible si luchamos y nos mantenemos concentradas", asegura.

Si actualmente el fútbol femenino comienza a gozar de una cierta popularidad en Marruecos es gracias a una estrategia de desarrollo implantada en 2020.

"La Federación invirtió en el fútbol femenino. Desde entonces, la mentalidad ha cambiado, hay un interés y una evolución tangible", explica a la AFP la presidenta de la Liga femenina, Khadija Illa.

Desde 2021, el reino dispone de dos divisiones profesionales y los clubes participantes (42 en total) se comprometen a formar jugadoras para los equipo Sub-15 y Sub-17.

La Federación Marroquí (FRMF) corre con el 70% de los gastos de cada club, sobre todo los sueldos de las jugadoras, que ganan un mínimo de 3.500 dirhams (330 euros, 360 dólares) mensuales en primera división y 2.500 dirhams (230 euros, 260 dólares) en segunda, cuando el sueldo medio en el país es de 360 euros.

"El éxito reside en una política deportiva eficiente y una ayuda financiera. Cuanto más se invierte, más resultados se obtienen", comenta Khadija Illa, antigua futbolista profesional.

A partir del próximo años, Marruecos quiere acelerar la formación y alcanzar las 90.000 futbolistas y 10.000 entrenadores o entrenadoras.