Con 31 jugadores en su plantilla, casi todos internacionales, cada once inicial es un rompecabezas para el entrenador del Chelsea, Graham Potter, que no deberá equivocarse, el martes, en el partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones contra el Borussia Dortmund (20h00 GMT).

Es "el problema de los 600 millones de libras (680 millones de euros, 722 millones de dólares)", como lo bautizó recientemente la cadena de televisión Sky Sports, en referencia a la suma gastada por los Blues la pasada pretemporada y en este reciente mercado de invierno para traer 17 fichajes.

Un problema que no resume en sí mismo las dificultades del Chelsea, pero que es sin duda el más urgente a solucionar.

Derrotando al Leeds (1-0) el sábado, en la Premier, los londinenses ofrecieron a su técnico de 47 años un pequeño balón de oxígeno.

Pero siguen en décima posición en el campeonato y una eliminación de la Liga de Campeones frente al Borussia Dortmund, que ganó por 1-0 en la ida, reduciría casi a nada sus posibilidades de disputar la Champions la temporada próxima.

Enfrente estará un equipo alemán que ha ganado sus 10 partidos en 2023 para alcanzar al Bayern Múnich en la cabeza de la Bundesliga, por lo que esa eliminación es posible.

Un período de adaptación era previsible para Potter, nombrado a principios de septiembre, sobre todo llegando de Brighton, un club sin la dimensión de los Blues.

Un desafío particular

Si ha heredado una plantilla que no había elegido y que es sobre todo desequilibrada, la hiperactividad de su club en el mercado de traspasos, paradójicamente, no le ha facilitado la tarea, acumulando jugadores mientras se producía una sola partida, la de Jorginho al Arsenal.

"Es un desafío cuando hay tantos jugadores", reconoció Potter tras la clausura del mercado de invierno, a principios de febrero.

"La mayoría de los jugadores quieren jugar, estar en el terreno, ayudar al equipo. Y cuando no están, es un desafío en varios aspectos para este club", añadió, en una alusión a los problemas de egos.

Organizar los entrenamientos se ha convertido en algo muy complicado, algunos jugadores han tenido que trabajar a veces en pequeños grupos o individualmente para que el técnico pueda focalizarse en la preparación del próximo partido con el grupo seleccionado.

Con más de 80 cambios realizados en los 19 onces iniciales alineados en Premier League desde que accedió al puesto, todos los jugadores han tenido la ocasión de mostrarse.

Ello ha hecho ralentizar la constitución de automatismos en seis meses.

"Necesitamos estabilidad (...) Nos falta complicidad, la fluidez y la confianza que llega cuando nos conocemos los unos a los otros", reconoció Potter.

Depuración indispensable

En el momento de abordar la fase final de la Liga de Campeones, ya que ha tenido que hacer elecciones para contar con 23 nombres en la lista dada a la UEFA.

Pierre-Emerick Aubameyang ha sido de este modo dejado fuera, en beneficio de Mykhailo Mudryk, que había costado 100 millones de euros (106 millones de dólares) este mercado de invierno o Joao Felix que ha llegado cedido por el Atlético Madrid.

Para el partido contra el Borusia Dortmund, su selección se verá "simplificada" por las ausencias posibles o previstas.

Edouard Mendy en el arco, Thiago Silva, Cesar Azpilicueta y tal vez Reece James en defensa, N'Golo Kanté, Christian Pulisic y Mason Mount en el centro del campo son baja o duda.

Pero cuando Malo Gusto y Andrey Santos, fichados este mercado de invierno y cedidos después, o Christopher Nkunku, anunciado con insistencia procedente de Leipzig, aumenten la plantilla la próxima pretemporada, una depuración parece indispensable al final de esta campaña.

Una tarea en la que Potter espera participar para diseñar su grupo.

"Entrenamos en circunstancias particulares, pero no me quejo. Eso pondrá a prueba mis competencias y mis cualidades y estoy contento por ello", aseguró.

"Necesitamos recursos para ganar, pero algo más también (...) Hay cosas que el dinero no puede comprar y es ahí donde debo hacer mi trabajo", afirmó.