Con la invasión rusa, y ahora con el terremoto en Turquía, donde estaban de gira, los jugadores del Shakhtar Donetsk están "deseando volver al terreno de juego" el jueves en los play-offs de la Europa League ante el Rennes francés, afirmó el delantero Oleksandr Zubkov a la AFP.

Hace casi un año, la invasión rusa en Ucrania provocó el pánico en el país y en el Shakhtar, que tuvo que dejar su territorio en 2014 por la guerra del Dombás y vio cómo se repetía la historia.

El club, propiedad del multimillonario Rinat Ajmétov, pasó por Leópolis, después Járkov y finalmente por Kiev desde 2020, y ha entrado en una nueva fase de incertidumbre.

"Es la segunda vez que quieren echarme de mi tierra, primero la región de Donetsk y ahora todo el país, es increíble", cuenta Zubkov, lateral internacional de 26 años.

El joven nacido en la región de Donetsk se formó en el Shakhtar y pasó un año cedido en Mariúpol, una de las ciudades mártires de la guerra, y la temporada pasada jugó en el Ferencvaros en Budapest, antes de volver al Shakhtar en verano.

Fue ante todo "una elección deportiva", explica. Tras una primera temporada satisfactoria en Hungría, la llegada de un nuevo entrenador fue algo complicado para él. "Elegí el fútbol y me siento muy feliz por ello".

"Algo extraño"

Pese a la marcha de la mayoría de sus jugadores extranjeros, a un rejuvenecimiento de la plantilla y a los desplazamientos complicados para alternar el campeonato ucraniano y los partidos de la Champions League en el extranjero, el Shakhtar se las ha arreglado bastante bien.

El propio Zubkov convirtió dos tantos contra el Real Madrid, uno de ellos una impresionante volea en el aire en el Bernabéu, anotando en cada uno de los dos partidos contra el gigante blanco, el pasado octubre en la fase de grupos de la Champions (1-1 y 2-1 para el cuadro español).

"Fue al final de la primera parte, estaban presionando, nos pasamos el tiempo corriendo detrás del balón (...). Ni me di cuenta en ese momento de que había marcado un bonito gol", dijo.

El campeonato ucraniano lleva parado desde noviembre, como cada invierno. El Shakhtar está acostumbrado a las competiciones continentales, así como a los partidos europeos importantes, en los que rara vez han tenido éxito en el pasado.

Este año, el equipo se preparó durante casi un mes en Belek, en la costa sur de Turquía, donde los jugadores pudieron sentir el sismo que causó tantos estragos a 500km al este la semana pasada.

"Me desperté a las 4 de la mañana, sentía algo extraño", narra Zubkov. "Fue la primera vez para mí. No tuve miedo pero no fue una sensación agradable".

"Una pequeña luz"

El equipo está ahora en Varsovia, donde recibirán al Rennes. "Estoy muy emocionado. Estamos todos en forma, listos físicamente. Estamos deseando salir al terreno de juego".

Tendrán que prescindir de Mykhailo Mudryk, autor de 18 goles en 18 partidos a principio de temporada, fichado en enero por el Chelsea por 70 millones de euros, más 30 millones de bonus posibles (en total unos 108 millones de dólares), de los cuáles unos 25 millones serán destinados a ayudas para los soldados ucranianos y sus familiares.

"Claro que lo extrañamos porque tiene mucho talento y nos permitía mucho movimiento. Pero el Shakhtar es un equipo en el que cuando un jugador se va, alguien aparece para reemplazarle. Tenemos muchos ejemplos", asegura Zubkov.

Él mismo siente una mayor presión, "pero me gusta eso. La presión forma parte del fútbol y me hace más fuerte".

Zubkov sabe que puede contar con el apoyo de todos los ucranianos, no solo de los aficionados del Shakhtar, el jueves contra el Rennes francés en la Europa League. 

"En estos tiempos tan duros para nuestro país, este partido puede ser una pequeña luz", concluye.