El exfutbolista iraní Ali Karimi, excentrocampista del Bayern Múnich, elegido  mejor jugador asiático en 2014, está en el punto de mira de la justicia de su país por haber apoyado las manifestaciones ocurridas tras la muerte cuando estaba detenida de una joven, informó la prensa local.

Irán es escenario de manifestaciones después de que Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, muriera el 16 de septiembre tras su detención en Teherán por la policía moral, que le reprochaba haber infringido el código de vestir que obliga a las mujeres a llevar velo. 

"Ali Karimi, uno de los principales líderes de los recientes motines en el país, es procesado por la Autoridad Judicial por haber llevado la voz del enemigo y animado" las manifestaciones, declaró este martes la agencia de prensa Mehr.

Desde la muerte de Mahsa Amini, el exfutbolista de 43 años multiplicó las tomas de posición en las redes sociales para apoyar el movimiento de protesta actual y denunciar la muerte de la joven, estimando que "nada podrá borrar esta ignominia".

El miércoles, el diario ultraconservador Kayhan acusó a Karimi de haber "dirigido los motines" y "echado aceite en el fuego de los problemas", que llevó "a la muerte y al martirio de los jóvenes" en el país.

El viernes, tras el gran rezo, "un grupo" de partidarios de la República Islámica se reunió delante de la casa del jugador al este de Teherán, gritando "muerte al organizador de la sedición", indica la agencia Mehr.

Al menos 92 personas fallecieron desde el inicio de las manifestaciones, según la ONG Iran Human Rights, con base en Oslo, mientras que las autoridades avanzan un balance de unos 60 muertos entre los cuales 12 miembros de las fuerzas de seguridad.

Karimi, apodado "el mago" por su virtuosismo, vive desde hace algunos meses en Emiratos Árabes Unidos, según la prensa local.

El tercer jugador con más títulos y el quinto máximo goleador de la selección iraní, fue elegido jugador asiático del año 2004. Karimi estuvo dos temporadas con el Bayern Múnich, entre 2005 y 2007.

En 2010, Karimi fue despedido por su club por no haber realizado al ayuno musulmán y haber insultado a los responsables de la federación de fútbol. Fue autorizado a jugar de nuevo tras haber sido condenado a pagar 30.000 dólares de multa.

En junio de 2009, como varios futbolistas iraníes, llevó un brazalete verde, el color del candidato perdedor en la elección presidencial de Irán, Mir Hossein Moussavi, en las calificaciones al Mundial de 2010.