Breno Lopes mete el cabezazo que le dará al Palmeiras la Copa Libertadores de 2020 frente al Santos en el estadio Maracaná, en Rio de Janeiro el 30 de enero de 2021

Su "buena cabeza" le dio la segunda Copa Libertadores al Palmeiras y lo alejó de malas amistades, hoy presas o muertas. Breno Lopes pasó del anonimato a la fama en apenas un testazo, el mismo que permite que los brasileños sueñen con el Mundial de Clubes de la FIFA que se disputa en Catar.

Su figura vestida de verde está inmortalizada en un mural en Sao Bernardo, en el norte de Belo Horizonte. Por las calles de ese barrio, en el que hasta hace poco era mejor andar con cautela, el artillero del Palmeiras pateaba balones, soñando con emular a Cristiano Ronaldo, Lionel Messi o Andrés Iniesta.

Ahora los 'meninos' que juegan en la cancha de esa barriada revitalizada, cuya grama verde se funde con pasto amarillo tostado por el sol, dicen tímidos que anhelan seguir los pasos de Breno Lopes, quien con 25 años recién cumplidos grabó su nombre en la historia del principal torneo de clubes de América.

"Era un barrio muy violento, con mucho tráfico (de drogas), entonces nosotros temíamos mucho que él se fuera para ese mundo. Gracias a Dios no sucedió (...) pero él perdió muchos amigos (...) algunos ahora están presos. Breno siempre fue un chico de buena cabeza, le gustaba la escuela, no era de la calle", explica a AFP Wellington Lopes.

Del cuello del padre del delantero cuelga un rosario que descansa sobre una camiseta blanca del Palmeiras. Rebosante de orgullo, Wellington rememora la carrera de su hijo, desconocido para el mundo futbolero hasta el sábado pasado, cuando un frentazo batió al portero del Santos para darle al Verdao su segunda Libertadores. Y en pleno Maracaná.

- Cambio radical -

Hace tres meses Lopes jugaba en la segunda división brasileña. Con nueve goles era el artillero de Juventude, que la próxima temporada jugará en la A, cuando Abel Ferreira le puso el ojo. 

El delantero es el único fichaje del entrenador portugués desde que aterrizó en Sao Paulo en noviembre. En el Maracaná disputó su juego 17 de verde, en los que anotó sólo dos tantos, incluido el que ahora lo hace tendencia.

"Prefiero a un jugador menos fuerte y con gran carácter que un crac sin carácter. Encontramos ese perfil. Vino con hambre, con espíritu de lucha. Vimos potencial y el lado humano", afirma Ferreira.

Capaz de jugar por ambas bandas, de centroatacante e incluso de 10, Lopes empezó a figurar a una edad en la que los grandes futbolistas ya suelen estar consolidados. Pero para su familia es un premio a la constancia y disciplina.

"Tuvo una infancia muy difícil, nosotros éramos una familia muy pobre", cuenta Wellington, responsable de llevarles el sustento a su esposa y cinco hijos.

Breno tenía diez u once años cuando su talento afloró. Su padre lo llevó a una prueba al Cruzeiro, tradicional equipo de Belo Horizonte. El muchacho aprobó, pero sus reiteradas inasistencias a los entrenamientos casi le acarrean una expulsión.

- Ausencia "triste" -

La familia no tenía dinero para pagar el transporte a los entrenos. El DT le comentó la situación al jefe de Wellington, quien laboraba como funcionario del estado de Minas Gerais.

"Mi jefe me dio una tarjeta para los pasajes, para pagar todo el mes", cuenta el progenitor. 

Sin embargo, salió del Cruzeiro cuatro años después en medio de una lesión de rodilla y un cambio dirigencial que removió las inferiores. Quedó a la deriva y su madre Lucilene presionó para que empezara a trabajar, pero el apoyo de Wellington pudo más y Breno comenzó a jugar en equipos de cuarta y tercera categoría.

Acarició la A en el Athletico Paranaense a principios de 2020, pero le bajaron el pulgar por un desempeño irregular en el campeonato estadual. Siguió remando y la marea lo llevó al Maracaná. 

Fiel a su relato de lucha, el destino le puso otro obstáculo apenas se había consagrado. El héroe de la Libertadores no puede disputar el Mundial de Clubes, que inicia este jueves en Catar, tras no poder ser inscrito.

"Uno queda molesto, triste. Es un muchacho que quería (jugar allá), sobre todo después de hacer el gol en la Libertadores", señala Wellington. "Pero estamos seguros de que vienen buenas cosas para él".