Los jugadores iraníes y muchos de los hinchas que acudieron a apoyarlos contra Estados Unidos el martes por la noche en Doha coincidieron en una cosa: su reticencia a que este partido de la Copa Mundial 2022 sea algo más que un acontecimiento deportivo. 

No se trata de un partido simbólico, sino de uno decisivo para la clasificación a los octavos de final. Eso es lo único que parecía importar a la mayoría de los hinchas que acudieron al estadio de Al Thumama, a veces molestos por las cuestiones políticas.

Tras los incidentes con símbolos vinculados a las protestas en Irán en los estadios del Mundial, la FIFA respondió diciendo que se permitían ciertas muestras de apoyo a los manifestantes, según un documento consultado por la AFP el martes, entre ellos el lema "Mujeres, vida, libertad", emblemático del movimiento desencadenado el 16 de septiembre por la muerte de Mahsa Amini y que fue reprimido con derramamiento de sangre. 

Lo mismo ocurre con los retratos de la joven kurda iraní de 22 años, que murió tras ser detenida por la policía de la moral en Teherán por no respetar el estricto código de vestimenta impuesto por el régimen.

"Alegría"

Seyed Mohammad, un iraní de 31 años que vive en Catar, dijo: "Es una cita especial y sensible, no se puede negar". "No me dedico a la política, pero es cierto que, dados los acontecimientos en Irán, una victoria daría alegría al pueblo", continuó. Pero "solo he venido a apoyar a la selección iraní", "porque me encanta el fútbol, sea cual sea el equipo contra el que jueguen".

Este encuentro es la revancha del 'partido de la fraternidad', disputado durante el Mundial de 1998, el único en competición oficial entre estos dos países, que no mantienen relaciones diplomáticas desde 1980.

Muchos hinchas iraníes llevaban el martes camisetas que recordaban ese momento, o que lucían el nombre de Mehdi Mahdavikia, el goleador decisivo de aquel partido.

Más que por la victoria de Irán (2-1), se recordará por las escenas de confraternización entre los dos equipos, que se hicieron juntos la foto oficial antes del partido e intercambiaron flores y banderas. Fue un partido muy emotivo disputado en un momento de deshielo entre la República Islámica y Occidente.

Los aficionados de ambos equipos también confraternizaron este martes, tanto en el metro como en los alrededores del estadio, haciéndose fotos juntos. Muchos de ellos llevaban banderas con los colores de ambos países.

"Ganar este partido"

"Desde el punto de vista deportivo, es muy importante porque nos puede clasificar para la siguiente fase por primera vez. El mundo entero estará pendiente de este partido. Y tal vez una victoria pueda alegrar a la gente en Irán", dijo Mohammad, de 28 años, desde Teherán, a tres horas de distancia en avión.

En las gradas, dominadas por los iraníes, se colgaron banderas del país del golfo Pérsico. Casi todos llevan el emblema de la República Islámica. Aquí y allá, a veces se sustituye por la simple palabra 'Irán'. 

"Lo único que cuenta es nuestra bandera, con nuestros tres colores, verde, blanco y rojo. No hay ningún simbolismo particular en torno a este partido", dijo Morteza, que viene de Karadj, cerca de Teherán.

"No quiero hablar de política, soy iraní y quiero que Irán gane, independientemente del equipo contra el que juegue. La política y el deporte son dos cosas distintas, ya sea en Estados Unidos, Inglaterra o Irán", dijo Alireza, de 49 años, de la ciudad central de Isfahán. "Lo que ocurre dentro del país no tiene nada que ver con lo que pasa aquí".

Al Curtis, que ha venido desde Chicago para apoyar a Estados Unidos, está de acuerdo: "El mundo entero lo siente por ellos, pero nosotros tenemos que ganar este partido.