Si el Barcelona es un campeón de liga en horas bajas, qué decir del Nápoles, su adversario en octavos de final de la Champions: 48 horas antes del partido de ida del miércoles, el conjunto italiano decidió cambiar de entrenador por tercera vez desde julio.

Hace un año, Nápoles dominaba la Serie A y hacía temblar al resto de Europa.

La campaña siguiente es catastrófica: antes de desafiar al Barça, el vigente campeón italiano está 9º a 27 puntos del Inter, fue eliminado de la Copa de Italia y se quedará sin duda sin trofeos tras su derrota en la final de la Supercopa de Italia.

Garcia, Mazzarri y ahora Calzona

Mientras el Barça, 3º en la Liga española a ocho puntos del Real Madrid, tendrá que buscar sucesor a Xavi al final de la temporada, el Nápoles sigue sin cerrar el asunto de su entrenador, abierto desde la salida de Luciano Spalletti, el hombre del título de 2023, para tomar las riendas de la selección italiana.

El omnipresente presidente-propietario del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, reconocía un error en la gestión en este ámbito, no por nombrar a Rudi García en julio de 2023, sino por dejar marchar a Spalletti.

"Tendría que haberle dicho 'has firmado un contrato hace dos años, sigues'. Es el error del que emanan los otros", explicó a finales de enero el productor de cine.

Garcia aguantó cuatro meses antes de ser destituido a mediados de noviembre para dejar su lugar a antiguo de la casa, Walter Mazzarri.

El veterano técnico italiano, superado por los acontecimientos, fue despedido el lunes con un balance aún peor que el de su predecesor francés (1,25 puntos por partido de campeonato, frente a 1,75 de Garcia).

Ahora le toca a Francesco Calzona, un entrenador italiano poco acostumbrado al protagonismo como segundo entrenador en Nápoles,  Empoli o Cagliari, responder a las expectativas seguramente poco realistas de los tifosi napolitanos y del propio De Laurentiis.

Seleccionador de Eslovaquia, con la que disputará la Eurocopa de 2024, Calzona está acompañado por otros antiguos miembros del cuadro técnico de Spalletti. Pero sólo cuenta con una sesión de entrenamiento este martes para preparar el choque contra el Barça.

Osimhen, último baile sin ritmo

Muy deseado el pasado verano, el delantero nigeriano Victor Osimhen siguió con el Nápoles en un grupo casi sin cambios.

Pero, el atacante de la máscara sólo ha jugado  13 de 24 partidos ligueros debido a una larga lesión y a la Copa de África.

Con siete goles en la Serie A (más uno en Champions), está lejos de los 26 tantos de la temporada pasada, que le valieron el título de máximo goleador.

En la grada el sábado tras un regreso retrasado a Nápoles, Osimhem debería volver a enfundarse la camiseta del Nápoles el miércoles por primera vez en dos meses.

El nigeriano, que renovó a finales de diciembre, parece ya tener la cabeza en otro sitio: dejará Nápoles "para el Real Madrid, el París Saint-Germain o un club inglés", reconoció su presidente.

La maldición del Diego Armando Maradona

El Nápoles puede entrar en la historia de la Serie A, haciendo... la peor temporada de un vigente campeón liguero.

Desde que se introdujeron los tres puntos por victoria en 1994-95, este 'título' es del AC Milan de la temporada 1996-97 que terminó 11º.

Tras la 25ª jornada, el Milan de Marcel Desailly y Roberto Baggio era 7º con 36 puntos, es decir, el mismo número de puntos que el Nápoles esta temporada, que tiene, no obstante, un partido menos.

El balance del Nápoles está lastrado por su fragilidad ante su público: dejó escapar 18 puntos (de 36) en casa con cinco derrotas, siete contando todas las competiciones, incluyendo una goleada 4-0 en la Copa de Italia contra el modesto Frosinone.

Los aficionados napolitanos temen un nuevo episodio de esta maldición el miércoles.