Pep Guardiola, Julen Lopetegui, Xabi Alonso, Roberto Martínez y ahora Luis Enrique Martínez en el PSG, en clubes o en selección, el planeta fútbol apuesta por los entrenadores españoles, referentes de juego y resultados.

En la pasada temporada hasta nueve españoles entrenaron a equipos de las grandes ligas europeas, la mayoría en la Premier inglesa, donde los éxitos de Pep Guardiola, reciente ganador del triplete con el City, animaron a muchos a moverse.

El técnico catalán siguió la estela abierta a mediados de los años 2000 por el 'Spanish Liverpool' de Rafa Benítez, entonces un caso extraño que se ha ido generalizando en los últimos años.

"Los entrenadores españoles tienen un gran prestigio en todo el mundo, hay una gran demanda desde el exterior y no únicamente por su nivel, también hay otra variable importante que caracteriza a nuestro entrenador como es su gran comprensión del juego", dijo a AFP Israel López, director de la Escuela Nacional de Entrenadores de la Federación Española de Fútbol.

La Premier se ha llenado de técnicos españoles con Lopetegui en el Wolverhampton, Unai Emery en el Aston Villa, Mikel Arteta en el Arsenal y ahora el Bournemouth ha fichado a Andoni Iraola para la próxima temporada, tras su buen trabajo con el Rayo Vallecano.

El mejor del mundo

Y fuera de Inglaterra, Xabi Alonso tomó un Bayer Leverkusen en dificultades para dejarlo en la parte alta de la Bundesliga la pasada temporada, mientras en Francia, Marcelino García Toral acaba de aterrizar en el Marsella, días antes de la llegada de Luis Enrique a París.

"El nivel del entrenador español es el mejor del mundo", afirmó esta semana el seleccionador Sub-21, Santi Denia, tras clasificar a su equipo para la final de la Eurocopa de la categoría.

"Antes venían muy buenos entrenadores a España y nosotros íbamos a ver lo que se hacía fuera. Eso, casi, ya no ocurre, más bien es al revés", decía hace ya un lustro el exseleccionador español, Vicente del Bosque, campeón del Mundo en 2010, a El País.

La Roja maravillaba entonces con su juego de toque, apoyado en el exitoso Barcelona de Guardiola, ganando el Mundial 2010 y la Eurocopa-2012, y antes la Eurocopa-2008.

El éxito se extendió a los clubes de LaLiga, que ganaron 11 de las últimas 24 Champions y 12 de las últimas Europa League, poniendo el foco en el fútbol español. 

"Otros nos ganan en condición física, por eso hay que vencer de forma técnica", decía el fallecido seleccionador español, Luis Aragonés, ganador de la Eurocopa-2008.

Para contrarrestar la potencia, la velocidad y el físico del fútbol de otros países como Inglaterra o Alemania, en España los equipos buscaron perfeccionar aspectos más técnicos y tácticos del juego.

Menos 'tiqui-taca'

Guardiola recaló en el City para tratar de implantar en el juego físico inglés el toque y la técnica característica de los jugadores españoles, pero, hasta él, ha ido adaptando su juego para mezclar ambos estilos.

"Debemos huir del falso estigma de que somos únicamente un país en el que sólo se juega un fútbol de juego posicional, para bajitos, de toque", explica Israel López.

"Tácticamente, en cuanto a modelos de juego, el fútbol español es muy rico, no sólo es juego posicional como la gente de otros países puede pensar", añade López, recordando que en la formación de los técnicos españoles se cuida "la capacidad de adaptarse a todos los ámbitos del juego sabiendo identificar cómo explotar el rendimiento de los jugadores que tienes en tu plantilla".

"Ser competitivo es adaptarse al oponente. A veces ganas porque manejas mejor el balón y otras tienes que adaptarte y renunciar a tenerlo", recordaba, en una ocasión, Unai Emery.

Esa capacidad de adaptación y la atención a detalles más pequeños, han impulsado a los técnicos españoles.

"El entrenador español es más metódico, más dado a los detalles y a planificar las cosas", explicó Miguel Angel Llera, director de la Academia del Walsall inglés a Marca.

Método y pasión parecen pues la clave que ayuda a explicar el éxito fuera de unos técnicos españoles cada vez más dispuestos a probar fortuna fuera.