Maxi Rodríguez no se cambia su traje granate desde que Argentina derrotó a México (2-0) e inició la travesía que le ha llevado a la final. "Las vibraciones están a mil, Francia tiene debilidades y tenemos que encontrarlas", dice desde su posición actual de analista de televisión.

"El traje lo tengo guardado, descansando. No lo he lavado desde el partido de México, como llega se cuelga y a esperar al siguiente. El domingo lo saco un rato antes o a lo mejor ya duermo con él", bromea sobre su amuleto de las victorias en Catar.

Ansiedad en los días previos

El viernes el antiguo internacional argentino (54 partidos, 15 goles) de 41 años, retirado solo a finales de 2021, se volvió a vestir de corto para disputar un torneo de mini-fútbol con otras leyendas de la FIFA. 

"Las vibraciones están a mil. Es una final, hay que jugarla y espero que esta vez nos toque", señaló a la AFP a pocas horas del Argentina-Francia en el estadio Lusail.

En un discurso pragmático, el antiguo jugador del Atlético y del Liverpool, entre otros, explicó que en el partido por el título "solo vale ganar".

"La final es diferente a todo, no importa la manera en que llegaste sino lo que pasa en esos 90 minutos", explica, recordando que quizás no se vea un gran espectáculo.

"Se espera mucho, pero que el juego sea bueno solo interesa a los espectadores, el hincha francés o argentino solo quiere ganar", dice.

Maxi disputó los Mundiales de 2006, 2010 y 2014, quedándose en el banquillo en la final de este último, que la Albiceleste perdió 1-0 en la prórroga ante Alemania.

¿Cómo se viven las horas previas al partido más importante que un futbolista puede disputar? "La estás jugando antes, te vas adelantando a lo que va a pasar. Pero cuando llegas a la cancha ya haces lo que te gusta y estás más tranquilo, te relajas. En los días previos existe la ansiedad".

Casi diez años antes, Maxi Rodríguez fue testigo directo del debut de Messi con la Albiceleste en un amistoso ante Hungría en agosto de 2005.

"Allí comenzó la leyenda. Estaba yo en la cancha. Le toqué y le cambió todo a Leo", bromea sobre un duelo disputado en Budapest en el que el mito solo duró 43 segundos, al ser expulsado por un manotazo a un rival. Argentina ganó 2-1 y Maxi fue el autor de uno de los tantos.

Elegir entre mamá y papá

El antiguo jugador de banda no cree que ganar el Mundial cambie la percepción que se tiene del capitán argentino.

"Messi ya está a la altura de Maradona. Es como elegir entre papá y mamá. Un trofeo no cambia nada. Son los dos mejores jugadores de la historia para el fútbol argentino", dice.

"Aunque es difícil comparar porque las épocas y el fútbol va cambiando. Pelé fue el mejor en su época. Hoy en día Leo es el mejor y está al mismo nivel que Diego", añade.

Maxi está "orgulloso" del grupo que formó su antiguo compañero en la selección Lionel Scaloni.

"A los chicos se les ve bien, tranquilos, muy unidos, algo que es muy importante", señala.

Y a pesar de su gran plantilla y rendimiento en Catar, cree que Francia tiene rendijas que puede aprovechar su equipo.

"Todas las selecciones tienen sus debilidades, aunque en Francia sean mínimas. Estos partidos se ganan o pierden en los detalles. Es difícil hacer un análisis, es un partido que hay que ganar", insiste.